Cuando me envuelvo en tus caricias, la ternura de tus labios, cuando suelto carcajadas y me olvido de qué me reía, bailo al son de tus caprichos.
Cada vez que tu mirada me hipnotiza, que esas pequeñas chispas en tu risa revientan, simplemente no puedo huir.
De una manera tan bella y utópica te enclavas en mis memorias, rostro sin nombre, eco de silencio...
Y hoy de nuevo tus manos en mis manos, tu abrazo en mi abrazo, nuestros pasos conjugados y los suaves movimientos. Bailamos, brutal enamoramiento.
Sigo volteando la cabeza, sigo confrontando molinos de viento, con esperanza de verte perdido en una torre esperando mi regreso.
Enamorado de un sueño eterno, de un sueño etéreo...
