Quiero enamorarme de nuevo de ese, quiero eso que representa en mi existencia, una conciencia limpia.
Cuando me enamoré era sumamente diferente, era ingenua, inocente, lo quería por él y por ningún ulterior motivo. Imaginaba paisajes con su nombre, le veía en todos los horizontes, nos comunicábamos de maneras extraordinarias...
Eso que he sentido recientemente con los otros nombres, no es esa chispa de alegría que causaba ese en mi.
Te dirijo esta carta, te dirijo mis ilusionados recuerdos a ti, al único que he querido desde la última vez. Le dirijo la carta a esa antigua versión de ti y de mí, que se quedó perdida en quién sabe donde.
Te extraño, extraño la ilusión que sentía por ti.
Te vi en esa estepa, te vi en la Ciénega, te vi mientras escuchaba la cigarra y corría un viento fresco. Mientras llovía tras la ventana y caía un huracán en la ciudad.
Y luego ya no estás.
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