------------------------------------------- V ----------------------------------------------
Hay unas verdades guardadas en mis bolsillos. Chismosas y escandalosas, que por fuerza de no ser enunciadas se empeñan en gritar.
Lo quiero.
Es demasiado pesado no poderlo nombrar, no poder admitirlo, no poderme arriesgar y decirte que tal parece que en nadie más puedo pensar que no seas tú, que desde hace tanto tiempo sólo haz sido tu, que renuncio a ti cada noche y cada mañana y que en los peores momentos en quien primero pienso para sentirme feliz eres tu.
Debí hacerle caso a él cuando nos decía, tu lo quieres y yo le decía que no.
Quiero ir por las calles gritando tu nombre y decir que te quiero, que quiero ir a donde estás y no irme de ahí, pero son sueños absurdos... ni aún que yo estuviera ahí... o si?
------------------------------------------ R ---------------------------------------------
Contaré una anécdota de una semana muy santa:
Hace muchos días y muchas noches, lo encontré. Estábamos los dos ahí, entre un montón de bultos que se hacían pasar por humanos, el único que hablaba mi mismo idioma. Una conversación casual, burlas sobre las vestimentas y costumbres de los demás que se convirtieron en "eres inteligente, yo también, deberíamos ser amigos".
Pero no pude.
Secretos no dichos, palabras en clave, tiro anzuelos pero siempre los lanzo al aire, los atrapo antes de arrojarlos al mar, no quiero que caiga ni quiero caer.
Me dieron esas ansias locas por dejar todo, tirar los libros al suelo y correr atrás de él para no dejarlo ir.
Entonces me detengo y reacciono, hace tantos soles, tantas lunas, tantas lluvias que no lo veo y aún sigue teniendo ese efecto, renueva la llama.
Como decía, nos hicimos "amigos" (me pregunto si realmente lo fuimos) pero un amigo no me hace querer dejarlo todo, un amigo no me hace preguntarme "¿Y si te beso?" pasaron los segundos, los milímetros, los mililitros...
----------------------------- Stay ----------------------------------
Sonreiré mientras escriba esto, al filo del amanecer soñando con un tal Don Alonso Quijano, uno de verdad, en carne y hueso:
Estamos sentados tantos a la mesa, todos hablando de diferentes cosas, y de pronto tu dices "debajo de esta mesa hay un rinoceronte con el rostro del Ché Guevara tatuado en la nalga" todos te miraron raro y yo dije, pues claro, "tu dices el de color azul, que tiene como 8 patas". Respondes: "¿Hay otro acaso?" No, no lo hay.
Nadie entiende ese código secreto, que realmente no era secreto, no es ningún pacto prediseñado por nosotros dos para excluír a los demás; es que ellos nunca estuvieron en nuestro juego, nosotros nunca estuvimos en el suyo. Somos el par extraño en la mesa. Así que a nadie le importa ya esa tontería, pobres locos dicen.
A decir verdad yo tampoco pensé en que eso fuera nada salvo una respuesta casual, ni tu ni yo le dimos importancia...¡¡pero es que nadie más habla de rinocerontes en una mesa de billar!! fue todo meramente natural.
Only love, only love can leave such a mark.
But only love, only love can heal such a scar.
-------------------------- X -------------------------------
¿Porqué eres tan imposible?
Es por que llegué un par de años tarde, o unos meses tarde, tal vez 2 años luz.
Aunque tenga que correr a la velocidad del viento te tengo que alcanzar.
Házme feliz otra noche y duérmete conmigo.
Los anhelos imposibles, cuando son personas... pueden doler muchísimo y aún hacernos gozar. Al final -o al presente, mejor dicho- no tengo certeza si es mayor el daño o el crecimiento...
ResponderEliminarTener varios imposibles y hacer alguno derrepente posible, podría quizás ayudar, disolver los efectos, liberar las tensiones, compartir los sentires.
Saludo!