¿De quién es esa sombra que camina cabizbaja,
taciturno espectro sombrío y mórbido,
que me sigue de noche y me antecede de día?
Me resisto a creer que sea mía,
no la reconozco como propia,
no me evoca a mi figura, a mi ser.
Cuando falta el amor, falta la vida.
Cuando se extraña la pasión
y el calor de los cuerpos se percibe distante,
falta el amor, falta la vida.
Si me falta ese calor, si extraño esa pasión,
si me faltan el amor y la vida...
quizá si sea yo el espectro fantasmagórico
de la sombra cabizbaja,
de los hálitos imperceptibles,
de fría morbidez y de lúgubre aspecto.
a veces es cómodo andar por las sombras de la muy cómoda soledad...
ResponderEliminaraunque a veces pica, y lo mejor es salir al sol del amor, aunque eso implique: vulnerabilidad
me parece admirable admitir que al final del día sí se necesita algo más que los amigos y la familia.
ResponderEliminarlo que me hace preguntarme, porqué no basta? porqué necesitamos (me incluyo) un plus de intimidad con otro que nadie más puede llenar.
Me gustó mucho tu escrito Adrián aunque me recordó que triste es a veces la vida.