Mi rostro:
La mitad curvado por una sonrisa, parte por melancolía y parte por tristeza.
La otra mitad, húmeda por las lágrimas derramadas. sangre de mis ojos que ruedan, se desplazan y dejan sendas en mis mejillas.
Respira.
Ignora ese crack, extraño sonido producido por el crujir de un corazón que se rompe.
Ese extraño aguacero, que retumba mientras cada fragmento cae a mi estómago, lacerándole, produciéndome ascos y nudos en la garganta.
Suspira.
Lo mejor será que olvides.
Deja que la sonrisa se lleve las dolencias, el aire los recuerdos y el tiempo los sentimientos.
Adelante.
Avanza, camina.
Sutilmente.
A paso lento, pero seguro; no te detengas.
Sonríe.
Vamos.
No queda de otra. Que la herida sane, la sangre deje de fluir y el rostro recupere la paz.
Gracias por compartirnos este bello escrito. Asi es, quiza una parte de nosotros muera, pero nunca morir de amor
ResponderEliminarGracias por pensar que es bello :3. Me alegra que te haya gustado, gracias por leer.
ResponderEliminarY sí, nadie se muere de amor.
Creo que ha sido el escrito más sincero que he leído en mucho tiempo, crudo y real, como es este asunto del amor.
ResponderEliminarExcelente Karla
Gracias Sistah.
ResponderEliminarMuchas gracias por leer, y gracias por los comentarios, por la motivación y la crítica.