¿Porqué digo lo que digo? Bueno, hace poco reflexioné que el amor entre familiares, o madre e hijo es incondicional y entonces me di cuenta que habrán (habremos) hijos que digan (digamos) -¡Mentira! A mí no me quisieron incondicionalmente - Y si nos ponemos bajo la lupa, creo que a ninguno nos aman incondicionalmente ni siquiera nuestros padres.
Eso es algo que la lectura psicoanalítica me ha prestado a la vista, que incluso los padres pueden amarnos pero también odiarnos, a ratos, en instantes... donde dicen: ¡Ah como jodes cabrón!
¿Quién se atreve a decir que nunca, por nadie, ha sentido odio? ¿Desprecio? ¿Rencor?
En este espacio somos cerca de 15 personas pugnando por el amor, ¿Ha pensado alguien en el rencor? En el odio? Pobrecitos, nadie piensa en ellos y se los desprecia.
Pues yo defiendo el derecho a no amar, a no querer, a despreciar. Que en el fondo pueden presentarse (al igual que el amor) como una opción de libertad en ciertos contextos.
Ambivalencia: Amo esa palabra, y también la odio (Chiste)
Puedo quererte, a ratos, si haces esto o aquello, siempre no, mejor sí, en esto sí y en esto no.
estoy contigo, ojala el amor fuera tan hermoso pero no lo es, no es tan arrebatado, inusitado, repentino como queremos que parezca. incocientemente cada uno de tus pasos esta planeado desde el principio para tener una larga relacion o el fracaso inmediato de esta. el rencor, el odio, etc. estan igualmente arraigados en el inconciente. las cosas que hemos vivido dictan a quien vamos a amar u odiar el dia de mañana.
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