Una mujer pierde la cordura al ver cómo su corazón es lentamente desmembrado por aquel al que escogió como digno de ser su protector.
Un hombre puede perder su esencia al primer síntoma de descuido de aquella a la que le cedieron con tanto fervor su órgano latente.
Que difícil es escoger a aquel o aquella al que depositarás tu confianza, tus sueños, tu vida, tus deseos, temores e ilusiones… es por eso que me pregunto, ¿Existirá en algún lugar esa doncella cuidadosa que sabe como cuidar de un corazón o un caballero valiente que custodiara en cualquier circunstancia eso tan valioso para uno?
Creo que caballeros valientes existen, pero como es natural en los caballeros, son andantes. Van y vienen y el amor es como las olas: inasequible, volatil, efimero, bello.
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