Anda, ve.
Corre tras ella.
Sonríele, háblale, cuéntale.
Búscala con la mirada.
Espérala parado afuera de tu puerta.
Escóltala a la entrada.
Has con ella lo que hiciste conmigo; volverte indispensable.
Pero hoy te digo; ya no quiero ver ese cuadro de afecto que me comprime el pecho.
Que me trae recuerdos que intento suprimir.
Que me hace suspirar por deseo a volverlos a vivir.
Quisiera volver a ser yo aquella que tiene toda tu atención.
Aquella que por la noche te roba suspiros.
Aquella que permanece en tu corazón.
Aquella en quien piensas todo el día.
¿O sigo siéndolo?
Estúpida ilusión.
Yo sola trato de reconfortar mi dolor.
¿Es que acaso no me es suficiente, viéndote así?
Pero, incito, aún con todo... Me buscas a mí.
¿Es que ella aún no te da lo que yo?
¿Aún no se entrega a ti, aún es libre de decidir?
Jeh... Qué deprimente ser la que siempre está ahí.
Ser la que compone el fusil averiado.
Ser el pilar central que aguanta, firme y constante, cuanto peso le pongan encima.
¿Por qué?
¿Por que lo amo? ¿Por eso permito tales lacerasiones y dolores constantes?
... Y qué acaso... ¿Yo no me amo más? ¿Por qué lo permito?...
Yo ya le dije; 'De nada servirá', ese camino será largo y sin frutos.
Pero... No me escucha... No me quiere hacer caso...
Y sin embargo, por las noches, acude a mi ventana y susurra mi nombre, buscando el amor que no le reconforta aún.
¿Accedo? ¿O me quedo helada?
Qué dilema; qué delirio.
Anda, corre tras ella, ve a sus brazos.
Te sientes seguro de que sino, tendrás los míos esperando, ¿No?
... ¿Cuando fue que de ser la única opción me volví la que recoge migajas y sonríe tras lamer las sobras?
Esto debe cambiar; es un ¡Ya basta!
Si la quieres a ella, no me busques a mi...
Si me quieres a mi... ¿Por qué la buscas a ella?
¿Cual es tu verdad, hombrecillo?
Cobarde, decídete ya, y hazme el favor de responsabilizarte.
No pretendo aguantar esto más...
Sonará trillado, pero es ella o soy yo.
Ella no te ha dado nada, y yo te lo he entregado todo.
¿Es por eso que no te soy suficiente ya?... Pues andate, y déjame ser feliz, sin anclas, sin pesas, sin cadenas.
Libérame de una vez, aunque lo sé... No eres idiota y temes mi absolución.
Pero aunque no me la des, la buscaré.
Aunque mi corazón reniegue y no quiera... Es por nuestro bien.
uff... excelente de nuevo.
ResponderEliminarLa libertad de uno jamás esta en manos de otro... piénsalo :)