¿Cómo? ¿Cómo Juan? ¿Cómo te digo que te extraño? Que no quiero que te vayas, que no sé porqué pero sí el modo y el momento en que quedé tan apegada a ti, ¿Dependencia será? Lo dijo mi hermano, lo dijo también mi papá ¿Es eso entonces? La incapacidad de estar a solas y nada más.
No misterios salidos de las tripas ni de las entrañas, incapacidad nada más. Pues no es eso, porque no estoy sola pero estoy sin ti.
Dije que el hombre perfecto sería quien me hiciera olvidar aquel amor, y entonces llegaste vos, pero la cuestión se complejiza, no sólo quiero olvidar sino que quiero que estés aquí, compartirte el suave y violento viento, la nostalgia de las hojas rodar... ¿Cómo te invito a este mundo mío de simplezas y fragilidades?
Con él fui centro sin barreras ni gravedad, y a ti que te puse un vidrio blindado atraviesas. Con todo esto sólo me endurezco y eso duele más y más.
Me hago menos transparente y me lo aplauden: "¡Mira! El mono hizo otra gracia"... da igual. ¿Es mérito acaso la infelicidad? ¿Se me aplaude no amar sino abusar?.
Y tú, allá. Feliz y sonríes, con tus seres queridos, la ciudad, las luces, las conquistas y el más allá. Yo aquí, yo acá, muriendo despacito en tristezas, sacándome la agresión de los dientes con abierta y franca sonrisa mientras te extraño.
Así, idiota como eres, histriónico e infantil, así te quiero, porque así es como quiero que sea, incoherente me gustas, con todas tus malas mañas indiscriminadas y virtudes innecesarias me gustas (sobretodo esa ternura imbécil que ocultas) con todo te quiero y con todo me gustas.
Finalizo diciendo, qué bueno que esto nunca lo sabrás.
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