Gusanos, lombrices y un puñado de madera quemada sobre la base, aquellas raíces fuertes que, hundidas bajo la tierra, anclaban al majestuoso ser en la fértil superficie.
Abono; ahora simple basura. Un deshecho natural que brinda vida y abre paso a lo nuevo.
Respira el aire gélido de la muerte y, alaba la vida que viene.
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