En esos brazos y esos besos desconocidos, en ese cuerpo que no dibujo ni siquiera en sueños, que no tiene forma salvo onírica… Al desconocido número N:
¡Que deseos de sentirte cerca!, de perderme en abismos en tus cabellos negros, que la profundidad y fiereza de tu mirada me parta en dos.
Deseos de perder el control de mi ser en tus labios y caricias, ubicarme en el espacio entre tu cuerpo y el mío, es decir: ninguno.
Quisiera cerrar los ojos y al abrirlos al fin darte rostro “desconocido N”, quisiera saber quién eres y en donde estás cuando te deseo. No tienes nombre y sin embargo lo grito cada noche, no tienes rostro y es lo único que veo al cerrar los ojos, no tienes cuerpo y el mío ya extraña al tuyo.
Extraña y funesta obsesión que no me deja tomar paz… Pero paz no quiero, la paz es para los muertos. Quiero atormentarme, desesperarme por tenerte, quiero ese sentido último de vida en el éxtasis del amor, quiero aniquilarnos mutuamente.
El camino tiene trazadas ya las vías para que tan sólo las recorras, y al final qué más da si tu ya sabes el destino y ruta.
F. 000
Que bello..
ResponderEliminarbeen there...:(
ResponderEliminarBravo. Tal parece que logras lo impensable.
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